Aceite sin aprobación – barato y disponible. Pero, ¿qué se oculta detrás del precio atractivo? ¿Vale la pena arriesgar el motor por unos pocos ahorros?
El aumento de precios de los aceites de motor y repuestos para automóviles obliga a más conductores a buscar alternativas económicas. Se recurre a las ofertas en marketplaces, aceites con etiquetas dudosas e incluso sin aprobaciones oficiales de los fabricantes de automóviles. ¿Pero es esto seguro? ¿Y a qué riesgos nos exponemos al ahorrar en aceite?
En los envases originales de aceites de motor, por lo general, se pueden ver los logotipos y aprobaciones de grandes fabricantes de automóviles: Toyota, Hyundai, Kia, Mercedes-Benz, BMW, Volkswagen, Porsche y otros. Estas aprobaciones no son solo una formalidad. Indican que el aceite ha sido probado y reconocido como compatible con tipos específicos de motores. Anteriormente, en los servicios de concesionarias, se utilizaban exclusivamente este tipo de aceites. Hoy en día, cada vez más la elección se hace por el precio y no por la calidad. Y esto puede tener consecuencias.
En el mercado existen desde hace tiempo clasificaciones internacionales como API (American Petroleum Institute) y ACEA (Asociación de Constructores Europeos de Automóviles). Ellos establecen estándares generales de viscosidad, contenido de aditivos y estabilidad térmica. Pero estos criterios resultaron ser insuficientes, ya que cada fabricante de automóviles tiene sus peculiaridades en la construcción de motores.
Así, por ejemplo, Mercedes-Benz tiene su propio estándar MB 229.5, Volkswagen tiene aprobaciones como VW 504.00/507.00, y BMW tiene Longlife-04. Consideran no solo la composición química del aceite, sino también aspectos como el funcionamiento del turbocompresor, el filtro de partículas, el sistema de variación de fase de distribución y los regímenes de temperatura en los puntos de fricción.
Por ello, los fabricantes de aceites, en un intento de figurar en las "listas blancas", pasan por un proceso de certificación complejo y costoso. No es solo una etiqueta en un bidón: es la confirmación real de que el aceite funciona correctamente en una gama específica de motores.
Si el aceite no cumple con los requisitos del fabricante, pueden surgir diversos problemas. Los más inofensivos son un aumento en el consumo de combustible o un deterioro en la dinámica. Pero a menudo, termina siendo más grave: desgaste acelerado de partes del tren de válvulas, suciedad en los anillos del pistón, canales de aceite obstruidos y, en el peor de los casos, una reparación mayor del motor.
Los motores modernos con turbocompresores y de baja cilindrada con sistema de inyección directa son especialmente sensibles a la calidad del aceite. Tienen una alta carga térmica, y un aceite no original o inadecuado puede no ser capaz de manejarla.
Si por alguna razón es imposible adquirir aceite con la aprobación adecuada, al menos se debe guiar por los estándares internacionales API y ACEA. Estos siguen siendo un criterio de referencia fiable. Por ejemplo, API SN Plus o ACEA C3 son niveles mínimos de calidad adecuados para la mayoría de los motores de gasolina y diésel modernos.
Además, es importante que el aceite elegido cumpla con los requisitos indicados en el manual del automóvil. También se debe tener en cuenta el clima: la viscosidad del aceite se selecciona de acuerdo con la temperatura exterior.
Empaque falsificado:
Tapa o sello dudoso:
Precio por debajo del mercado:
Compra a un vendedor no verificado:
No coinciden los números en el empaque:
Incluso si desea ahorrar, la redacción de auto30 recomienda no llenar el motor con el primer aceite disponible sin calidad comprobada. La aprobación del fabricante de automóviles es una garantía de que el aceite ha pasado todas las pruebas y realmente es adecuado para su motor. De lo contrario, los ahorros podrían convertirse en gastos serios en reparaciones.