Volkswagen enfrenta un deterioro en el desempeño financiero en medio de los aranceles de EE.UU. y una débil demanda.
El grupo Volkswagen ha revisado a la baja sus expectativas financieras para el año: la rentabilidad operativa de las ventas ahora se evalúa en un rango del 4% frente al nivel anterior de al menos el 5,5%. La razón principal es el aumento de los costos en €1,3 mil millones en la primera mitad del año debido a los aranceles de EE.UU. del 27,5% y los gastos de las transformaciones internas y el incremento de la cuota de ventas de autos eléctricos con un margen más bajo.
Al mismo tiempo, el conglomerado pronostica un crecimiento de casi cero en los ingresos en lugar del 5% anteriormente esperado, y ha retirado su pronóstico de flujo de caja libre. El límite inferior del nuevo rango supone que los aranceles se mantendrán en el mismo nivel hasta fin de año, mientras que el escenario optimista se basa en su reducción al 10%.
El fabricante de automóviles siente presión en tres regiones clave: EE.UU. (Audi y Porsche sufren de aranceles de importación), Europa (demanda contenida y altos costos de producción) y China, donde VW pierde cuota de mercado a favor de las marcas locales.
Señaladamente, la división de camiones Traton, debido a las mismas barreras comerciales, el débil crecimiento en Europa y la caída de pedidos en Brasil, redujo su pronóstico de beneficios operativos ajustados en un 29% en el segundo trimestre.
Entre los aspectos positivos está el crecimiento del 73% en las entregas de vehículos eléctricos en Europa en el segundo trimestre, gracias en gran parte a modelos como el VW ID.7, Audi Q4 E-tron y Skoda Elroq, así como a descuentos que desviaron a algunos compradores de Tesla.
Para fortalecer su posición en el mercado, el grupo confía en la cooperación con Rivian en EE.UU. y Xpeng en China, aunque los primeros resultados de estas alianzas se esperan para el próximo año.