Cuando los fabricantes de piezas decidieron desafiar a las grandes automotrices. Algunas empresas probaron suerte en la fabricación de automóviles, y cada una tiene su propia historia única.
Cuando los fabricantes de piezas se aburrieron de esperar, decidieron tomar cartas en el asunto por su cuenta. Sin mucho ruido, los proveedores comenzaron a ensamblar sus propios automóviles — desde supercoches hasta sedanes eléctricos.
Vale recordar, Michelin — no es el único fabricante de piezas de automóviles que se cansó de esperar a que los grandes fabricantes de automóviles construyan el automóvil perfecto. Yamaha, Sony y Samsung también probaron suerte en la fabricación de automóviles, y cada una de estas empresas tiene su propia historia única.
Yamaha es conocida no solo por sus motocicletas y motores fuera de borda, sino también por sus ambiciones en el mundo del automóvil. Aunque la empresa nunca lanzó un modelo de producción con su nombre, un proyecto estuvo especialmente cerca de realizarse — el superdeportivo OX99-11.
Este monstruo estaba equipado con un motor V12 de 3.5 litros con 400 caballos de fuerza — el mismo motor utilizado en los coches de Fórmula 1. La carrocería estilizada de un solo asiento con puertas de tijera y una caja de cambios manual de seis velocidades debía ser la encarnación de la velocidad y la tecnología. El desarrollo fue dirigido por Takuya Yura, legendario piloto japonés y fundador de Mooncraft.
Se planificó una producción limitada bajo la marca Ypsilon Technology, pero la crisis económica de los años 90 puso fin a estos planes. Como resultado, solo vieron la luz tres prototipos.
Sony y Honda se unieron para crear no solo un coche eléctrico, sino un dispositivo tecnológico sobre ruedas. Su proyecto conjunto — AFEELA — promete ser uno de los vehículos más avanzados del mercado.
El automóvil está lleno de cámaras y sensores (¡45 en total!), funciona con el motor de juego Unreal Engine 5.3 e incluso utiliza un asistente AI basado en Microsoft Azure OpenAI. La presentación para compradores está programada para 2026 y si todo sale según lo planeado, será un verdadero avance en la industria automotriz.
Samsung Motors apareció en 1994, pero en 2000 se transformó en Renault Samsung Motors, y más tarde — simplemente en Renault Korea. El modelo más famoso de esta alianza fue el SM3, que, esencialmente, era un Nissan Sunny rediseñado con un motor de 1.6 litros de 107 caballos de fuerza.
La segunda generación del SM3 se convirtió incluso en un clon del Renault Fluence. Hoy en día, Samsung continúa trabajando en la industria automotriz, pero como socio tecnológico, colaborando principalmente con Hyundai.
Estas historias muestran que incluso compañías no directamente involucradas en la fabricación de automóviles pueden crear automóviles interesantes e inusuales. Lamentablemente, no todos llegaron a la producción en serie.