Muchos conductores creen que el desgaste del automóvil es un proceso inevitable relacionado con la edad y el kilometraje. Sin embargo, la realidad es más compleja...
Muchos conductores creen que el desgaste del automóvil es un proceso inevitable relacionado con la edad y el kilometraje. Sin embargo, la realidad es más compleja: el estado del auto depende en gran medida de la forma de conducción y, en apariencia, de hábitos inofensivos. Algunos de estos hábitos pasan desapercibidos durante años, pero eventualmente conducen a fallas graves. Veamos qué acciones acortan la vida útil del automóvil.
Los autos modernos pueden parecer invencibles: arrancan con medio giro, no requieren atención constante. Pero esta aparente confiabilidad relaja al conductor. Mientras tanto, los indicadores de advertencia pueden señalar una fuga de aceite, sobrecalentamiento del motor o bajo nivel de líquido de frenos. Incluso pasar por alto una señal puede resultar en costosas reparaciones.
Pareciera que la funda protege de polvo, lluvia y sol. Sin embargo, también crea condiciones ideales para la corrosión: la humedad se acumula debajo de la tela, no hay ventilación y el calor solar acelera el proceso. Especialmente corren riesgo los autos antiguos con pintura dañada o puntos de óxido ocultos.
Incluso una operación tan simple como levantar el automóvil puede causar daños. Si el gato no se coloca en el lugar adecuado, es fácil dañar el umbral, el guardabarros o incluso alterar la geometría del chasis. Las construcciones modernas a menudo están ensambladas con pegamento o remaches, lo que las hace más vulnerables a deformaciones.
Paradójicamente, el estacionamiento prolongado perjudica más al automóvil que los viajes regulares. La humedad provoca óxido en los cojinetes, casquillos y piezas internas del motor. Los sellos de goma se secan, y la carrocería se deteriora más rápidamente sin ventilación. Incluso viajes poco frecuentes pero regulares ayudan a mantener el equipo en condiciones de funcionamiento.
El no seguir el mantenimiento programado no tiene consecuencias inmediatas, pero con el tiempo conduce a fallas críticas. El aceite viejo, los filtros sucios o las correas desgastadas aumentan la carga en el motor, la transmisión y el sistema de enfriamiento. Para autos más antiguos, el descuido del mantenimiento a menudo significa un fallo prematuro de la unidad de potencia.
Los repuestos baratos y las imitaciones no solo se descomponen rápidamente, sino que también dañan los componentes adyacentes. Por ejemplo, un buje de mala calidad acelera el desgaste de la suspensión, y una bomba falsificada puede provocar el sobrecalentamiento del motor. Como resultado, en lugar de reemplazar una sola pieza, hay que cambiar todo un conjunto.
La vida útil del automóvil depende en gran medida del propietario. Incluso pequeñas deficiencias con el tiempo se convierten en problemas serios. La atención oportuna a los detalles, el seguimiento del programa y gastos razonables en mantenimiento ayudarán a mantener el automóvil en excelente estado durante muchos años.