En Gran Bretaña se ensambló un todoterreno único: un Rolls-Royce sobre un chasis pickup con diésel y tracción total, inspirado en el rally.
El creador del vehículo se inspiró en el prototipo Rolls-Royce Jules para la famosa carrera construido por dos pilotos franceses especialmente para el rally marathon “París – Dakar” de 1981. Era un todoterreno Toyota Land Cruiser con un motor V8 de 5,7 litros de Chevrolet Corvette y una carrocería de fibra de vidrio al estilo del coupé Rolls-Royce Corniche.
La variante británica presenta una auténtica carrocería de sedán Rolls-Royce Silver Shadow de 1973, montada en un chasis de pickup Mitsubishi L200 de cuarta generación con turbodiésel y transmisión total.
La construcción del vehículo costó 32.000 libras esterlinas (43.000 $), pero ahora el artesano está dispuesto a separarse de su creación por 18.995 libras (25.500 $). Según sus datos, desde febrero ha recorrido más de 2 mil km con el automóvil y continúa utilizándolo regularmente.