Paul Horrell prueba la segunda generación de la BMW Serie 3
El siguiente coche en nuestra selección, el BMW E30 320iS, demuestra vívidamente el potencial que había en la Serie 3. El coche que probé se llama «M3 italiano» — esencialmente, tiene el motor M3 con doble árbol de levas y 16 válvulas, desarrollado para el automovilismo, pero reducido a 2.0 litros para que los italianos no tuviesen que pagar altos impuestos sobre los motores potentes. La caja de cambios aquí también es del M3 — una manual de cinco velocidades.
Sin embargo, todo esto está instalado en un cuerpo normal de la Serie 3, no en un M3, por lo que no hay arcos ensanchados, vidrio ligero o ventana trasera vertical. La suspensión también está más cerca de la estándar.
En el interior, te rodean lujosos asientos de cuero, sostienes un volante de cuero, y ves una inusual abundancia de botones. El primer ordenador de a bordo de BMW tenía un botón separado para cada parámetro, y arriba, cerca del espejo retrovisor, había un panel adicional de «check control».
La unidad de potencia es impresionante. El motor produce 192 hp, lo cual es muy impresionante para un motor viejo de dos litros naturalmente aspirado. Y tira como un cachorro feliz hasta las 7000 rpm, lo que significa una aceleración a 60 mph (~96 km/h) en poco más de siete segundos con un peso de solo 1200 kg.
Los cambios de marcha son precisos, no hay inercia innecesaria, juego o tirones en la transmisión.
En comparación con el E21, el chasis aquí es un poco más rígido y amortigua mejor los golpes, pero en general la configuración es suave. A bajas velocidades, se nota que el volante tiene asistente de dirección, pero en movimiento funciona sorprendentemente de manera natural.
Sientes todo lo que hacen los neumáticos. En comparación con los coches modernos, la inclinación del cuerpo es bastante notable, pero en general, el chasis está excelentemente equilibrado.
Solo si sueltas bruscamente el acelerador en una curva, la parte trasera comienza a deslizarse. Y esto fue una señal de que la suspensión trasera semi-independiente con brazos transversales había alcanzado su límite. BMW entendía esto, y el siguiente paso fue una nueva Serie 3 — un comienzo completamente nuevo.